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Infraestructura vial para para el desarrollo sostenible de Guatemala

2022 Feb 17

La red actual de carreteras y autopistas en Guatemala es de 17,621 km, que divididos entre 16.86 millones de habitantes, da un promedio de 1.05 metros de infraestructura vial por persona; cifras que ubican al país en el lugar 200 a nivel mundial y por debajo de otros países en centroamericanos como Panamá y Costa Rica, que tienen 4 y 8 metros carreteros por habitante, respectivamente.

 El reto para Guatemala es llegar al menos a 3.1 metros por persona, equivalentes a 47 mil 500 kilómetros nuevos de carreteras y autopistas; además, dar mantenimiento, rehabilitación, reconstrucción, bacheo, entre otras reparaciones al 83% de la red víal actual, para poder estar a la altura de los países más competitivos de Centroamérica.

 La pandemia por COVID-19 y las condiciones económicas actuales en el mundo complican a Guatemala el desarrollo de la infraestructura carretera que necesita, ya que el gobierno está destinando una gran cantidad de recursos para atender la crisis sanitaria.  En este contexto, las Alianzas Público Privadas (APP) son una alternativa para desarrollar proyectos viales de calidad.

 A través de las APP se fomenta la inversión del sector privado, que se encarga de planear, desarrollar, ejecutar y gestionar proyectos de infraestructura pública de calidad; permitiendo que el gobierno tenga un margen mayor para el manejo de sus recursos, los que puede destinar, por ejemplo, a reforzar el sector salud para dar atención a la pandemia.

 Guatemala posee una posición geográfica privilegiada; tiene accesos al Océano Atlántico y Pacifico; colinda con el norte del continente y el sur es la entrada a Centroamérica. Gracias a estas condiciones, el mejoramiento de su red carretera puede ser un factor que impulse su desarrollo sostenible y la posicione como un país clave en la logística terrestre de Centroamérica.

 De esta forma, aún en medio de una crisis global, Guatemala puede construir nuevas carreteras y autopistas de calidad y mejorar las existentes. Con ello, habría impactos positivos en la reducción de la pobreza con la creación de nuevos empleos directos e indirectos; combate al hambre, facilitando el comercio nacional de alimentos, así como el funcionamiento de las cadenas de suministro nacionales; mejoramiento de la movilidad de las personas y la conectividad entre las distintas regiones del país.